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Tras más de dos décadas de litigio, la Justicia chaqueña condenó al Sanatorio Antártida y a dos médicas por un error médico que dejó a una niña con daño cerebral irreversible. Cómo consecuencia de una hipoxia severa, la víctima, hoy de 22 años, requiere asistencia las 24 horas del día.

Era enero de 2003. Una bebé de apenas dos meses llegó a la guardia del Sanatorio Antártida de Resistencia con tos intensa y dificultad para respirar. El diagnóstico inicial fue bronquiolitis, una afección común en lactantes. Pero lo que siguió fue una cadena de decisiones médicas que, según la Justicia, agravaron su condición hasta dejarle un daño cerebral irreversible.

Hoy, 22 años después, la Sala Primera del Superior Tribunal de Justicia del Chaco emitió un fallo que busca poner fin a este largo calvario jurídico. La sentencia, a la que tuvo acceso LITIGIO, lleva las firmas de los jueces Alberto Modi y Néstor Varela.

El error que lo cambió todo

Los primeros días de internación parecían rutinarios. Sin embargo, algo falló. Según la sentencia, los médicos subestimaron la gravedad del cuadro: dieron el alta demasiado pronto, omitieron estudios clave y no informaron adecuadamente a los padres sobre los riesgos. Horas después de ser externada, la bebé regresó al hospital en peor estado. Su cuadro derivó en sepsis, falla multiorgánica y, finalmente, en una hipoxia severa que le provocó daño neurológico permanente.

La familia, inició una batalla legal en 2004. Acusaron al sanatorio y a las profesionales de negligencia, alegando que, de haberse actuado con diligencia, la niña habría tenido un 70% más de chances de recuperarse sin secuelas.

La larga espera por justicia

El camino judicial fue arduo. Primero, un juzgado civil desestimó la demanda, argumentando que no había pruebas suficientes de mala praxis. Luego, en 2024, la Cámara de Apelaciones revocó ese fallo y ordenó una indemnización millonaria, pero redujo la responsabilidad al 70%, aplicando la teoría de la “pérdida de chance”.

Ahora, el Superior Tribunal confirmó ese criterio, aunque ajustó los montos: $265 millones para cubrir los gastos de por vida de la joven, que hoy requiere asistencia las 24 horas, terapias y equipos especiales. Además, reconoció el daño moral de los padres, quienes dedicaron su vida a cuidarla.

Sin embargo, el fallo absolvió a dos médicas que se sumaron al tratamiento días después, por falta de nexo causal con el error inicial.

Fuente: Revista Litigio

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