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El 1 de mayo de 1994 sufrió un accidente fatal en el GP de Ímola de Fórmula 1, donde el día anterior había muerto el austríaco Ratzenberger.

El brasileño había conseguido la pole position, al igual que en las dos primeras carreras del año. Largó primero, a las 14 (hora local) y murió mientras lideraba la competencia. Se corría la séptima vuelta y Ayrton lideraba la competencia con 0,675 segundos de ventaja sobre su inmediato perseguidor, el alemán Michael Schumacher.

A las 14.17 de Italia (las 9.17 en Brasil), el paulista encaró la curva Tamburello. En ese lugar del circuito de Imola, los autos superaban los 300 kilómetros por hora. El Williams de Senna llegó a 310 km/h. En su último atisbo de reacción y por el despiste, el bólido terminó impactando contra el muro lateral de concreto de la pista a 217 km/h.

A los pocos segundos del accidente, llegaron los primeros socorristas. Empezaron a flamear las banderas amarillas de precaución. A las 14.19 arribaron tres médicos y dos rescatistas. El cuerpo estaba inmóvil, con la cabeza inclinada levemente a su derecha.

Lo retiraron del habitáculo, le removieron el casco y le hicieron una traqueotomía. A las 14.23 llegó el helicóptero a la pista y a las 14.32 lograron subirlo entre diez personas; 60 segundos después, la aeronave despegaba hacia el hospital Maggiore de Bolonia. Aunque el fallecimiento fue anunciado a las 18.40, aclararon que la hora de la muerte había sido a las 14.17, momento exacto del accidente.

Si bien la carrera se frenó, el show continuó y Michael Schumacher ganó el Gran Premio de San Marino en el fin de semana más trágico de la historia. Las alarmas se habían encendido el viernes, cuando Rubens Barrichello perdió el control del Jordan Hart y se subió al pianito, en la Variante Bassa, antes del ingreso a la recta principal, a casi 220 km/h. Su compatriota Senna lo vio preocupado desde el box pero luego se alegró al ver que solo tenía una lesión en la mano.

Un funeral multitudinario

Transmitido en directo por las cadenas de televisión brasileñas y por Eurosport, la caravana de unos 100 kilómetros de largo impactó a millones de espectadores alrededor del mundo. Otros miles, en tanto, hacían fila para poder entrar al salón y despedir a su ídolo, donde además de la familia y protagonistas del automovilismo había personalidades del espectáculo como Xuxa, antigua novia del piloto.

Según la Policía Militar, más de 200 mil personas acudieron a velar a Senna durante las 21 horas y diez minutos que las puertas del hall de la Asamblea Legislativa estuvieron abiertas. Los brasileños hicieron una cola de hasta 7 kilómetros y en promedio esperaron siete horas para ver el ataúd cerrado y sellado, según fue el deseo de la familia ante el brutal choque sufrió Ayrton.

El sitio «F1 en estado puro» recuerda que el 5 de mayo a las 10 de la mañana, en medio del sonido de 21 disparos efectuados por cuatro cañones del 2° Ejército y del silencio de más de un millón de personas que acompañó el recorrido de casi dos horas, la autobomba reapareció para trasladar el féretro hasta el cementerio de Morumbi, vedado para los fanáticos por un fuerte dispositivo de seguridad ubicado a tres kilómetros. Allí aguardaban 15 pilotos y ex pilotos, entre ellos Emerson Fittipaldi, Rubens Barrichello, Alain Prost, Jackie Stewart y Michele Alboreto, que tomaron el ataúd y lo llevaron dentro.

Al cabo de 40 minutos de ceremonia, mientras soldados del Ejército brasileño disparaban tres salvas de tiros de fusil, el féretro fue cargado en hombros de 12 cadetes de la Policía Militar que lo llevaron a la sepultura. Y a las 12.35, en el cielo los aviones militares brasileños dibujaron un corazón y la S de Senna.

Desde hace 27 años, la tumba 0011, donde una placa dice “Ayrton Senna da Silva -21/03/60 y 01/05/94. Nada puede separarme del amor de Dios”, es uno de los sitios más visitados por los turistas que viajan a San Pablo.

Fuente: Clarín

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