Compartir

Un estudio reveló que Argentina tiene el salario mínimo vital y móvil más bajo de América del Sur luego del aumento decretado en forma escalonada a partir de abril que se tradujo en «$23.544,00 para todos los trabajadores mensualizados que cumplen la jornada legal completa de trabajo». Así la remuneración equivale a US$151 al tipo de cambio paralelo.

Según Damián Di Pace, director de la consultora Focus Market, “Argentina hoy tiene el segundo salario mínimo vital y móvil medido en dólares más bajo de América Latina“ comparado con México y ocho países de América del Sur. “La contracara de esta situación es que, frente a salarios más altos en otros países de América Latina, superada la pandemia los bienes y servicios que se comercializan en Argentina medidos en dólares son muy baratos para los extranjeros”, detalló.

Si se toman algunos países destacados para la comparación, el haber mínimo de la Argentina es un 27% inferior al de Brasil, 29,8% menor al de México, 64,3% más bajo que el de Uruguay y 65,7% debajo del chileno. Por ejemplo, para comprar una hamburguesa, en Venezuela se requieren 960 horas de trabajo medidos en su salario mínimo vital y móvil, en Argentina 4 horas 36 minutos mientras en el otro extremo en Uruguay se requieren 2 horas 43 minutos y en Chile 2 horas 13 minutos.

Otros casos que brinda la consultora son: la cerveza, una gaseosa y el café. En el primero, se indicó que “en Venezuela se requieren 602 horas y 24 minutos, en Chile 2 horas 16 minutos, en Argentina 1 hora 53 minutos mientras en el otro extremo en Ecuador se requieren 1 horas 12 minutos y en Colombia 1 hora”. Mientras que para la gaseosa “en Venezuela se requieren 549 horas y 36 minutos, en Argentina 1 hora 29 minutos mientras en el otro extremo en Perú se requiere 37 minutos y en Ecuador 29 minutos”.

Por último, para el caso de la compra de un café, en Venezuela se requieren 516 horas, en México 2 horas 25 minutos, en Perú 2 horas 4 minutos y en la Argentina 1 hora 59 minutos.

«El bajo nivel salarial argentino medido en dólares es una de las consecuencias del proceso devaluatorio iniciado en el segundo trimestre de 2018, que deterioró los ingresos en pesos, pero además muestra una caída notoria del poder adquisitivo, en tanto el precio de los productos de consumo popular no experimentaron una caída de la misma magnitud», explicó Di Pace.

El estudio resalta, como aspecto positivo, que esta situación “abre una oportunidad para la llegada de turistas con fuerte consumo en el mercado argentino”, consideró, aunque también advirtió que “habrá que evaluar si el retraso cambiario genera que esta ventaja se vaya diluyendo en el tiempo”.

Fuente: Perfil

Comentar con Facebook