El dirigente social, que estuvo internado casi un mes en un sanatorio céntrico de Resistencia, contó su experiencia y adelantó que luchará por una ley que establezca la compañía de un familiar para pacientes internados por coronavirus, ya que considera que la mayoría de las muertes se producen por la soledad en la que atraviesan la enfermedad.
En su visita al estudio de radio Sur, Emerenciano Sena contó que se recupera de los pulmones porque “producto de la neumonía bilateral llegué a tener el 98% de los pulmones afectados. Gracias a Dios los médicos le encontraron la vuelta para desinflamar y desobstruir”.
En este sentido, recordó que por el cuadro de COVID19 estuvo una semana en grave estado. Aunque una semana después, su situación se tornó “gravísima”, para luego comenzar una mejora progresiva. “Estuve muy, muy grave”, insistió.
Sobre su estadía en el sanatorio, el referente de “Socialistas Unidos” resaltó la imagen de su esposa Marcela Acuña “gracias a mi señora estoy vivo”, destacó e insistió “gracias a que mi señora no me dejó ni un solo segundo durante este mes, sino era boleta, porque la ciencia médica no está preparada para salvar esta situaciones de vida”.
Además recordó que Acuña cada media hora le pasaba un pañuelo con agua fría “y era como que yo volvía”. “Creo que está demostrado en mi cuerpo, en mi vivencia que no se lo puede encerrar en una habitación solamente con aguja y medicamentos a un ser humano”, manifestó el líder social.
Emerenciano adelantó que luchará para “una ley que exija la presencia de una persona interesada en la vida del enfermo presente las 24 horas del día. Porque la persona postrada necesita, como estuve yo, necesita de una persona que lo ame”. En este sentido argumentó, que debe ser ley “porque es ley meterte en un sanatorio y meterte un tubo, pero no es ley la compañía”.
“No niego la medicina ni la ciencia”, aclaró y lanzó “pero si digo que la mayoría de los muertos del hospital y de los sanatorios es porque no tiene un ser amado. Tenemos que pelear por esa gente que se está muriendo, la mitad debiera salvarse”.