
Por Guadalupe Segura y Marcos Falchini – Candidatos a Senadores nacionales por Nueva Etapa. Proyecto Sur. Lista 180
Desde la presidencia de Frondizi, allá por el año 1958, en la Argentina vienen coexistiendo, en armonía, la universidad estatal y la universidad privada. Y quizás sea un muy buen ejemplo de cómo lo público y lo privado pueden moverse en un mismo ámbito sin mayores conflictos.
Pero, desde el año 2024, el presidente Milei quizás atormentado por la propia frustración de su paso por la universidad pública ha decidido atacar sistemáticamente a las universidades estatales so pretexto de dificultades en la auditoría. Y es curioso, que al respecto no haya propuesto ninguna ley para lograr un mejor esquema de control de los fondos públicos. Y no avanzó seriamente en la cuestión de las auditorías porque, en realidad, ese no es su interés más profundo. El interés más profundo es destruir lo que, en el estado, funciona bien.
Y, en esa línea, prácticamente al borde del sadismo, va asfixiando los ámbitos de formación haciendo que muchos educadores abandonen la docencia universitaria debido a los sueldos paupérrimos. Simplemente para dar un ejemplo, un jefe de trabajos prácticos gana menos de 150,000 pesos por desempeñar su tarea y tener a cargo, a veces, más de 300 alumnos.
Y la verdad es que resulta muy injusto, porque es la universidad argentina la que ha dado, entre otras cosas lindas, muchos motivos de reconocimiento internacional al país. Demás está decir que René Favaloro y los premios nobeles compatriotas salieron de claustros universitarios estatales.
Alguien podría señalar que la afirmación precedente forma parte del pasado. Pero, en realidad, en el presente hay cientos de pequeños favaloros, científicos y otros profesionales estudiando e investigando y eso, de manera directa o indirecta, es un bien para el país. Y, por lo tanto, no es gasto. Es una inversión. Pero no es solamente una inversión en el futuro, es también una forma de cuidar nuestro patrimonio y nuestro orgullo. Porque la universidad pública, como el tango, el folklore, el fútbol y bellezas naturales forman parte del tesoro del pueblo argentino. Por eso, desde Nueva Etapa, acompañamos a la lucha contra el veto presidencial a la ley de financiamiento universitario.