Esta semana se conoció la novedad de que Anses pidió a la justicia previsional se archive el juicio que Cristina Kirchner inició en 2017 en reclamo del pago a la vez de dos prestaciones que son consideradas de privilegio. La medida generó el enojo y la crítica de varios sectores. Uno de ellos es el Defensor de la Tercera Edad de la Ciudad de Buenos Aires, Eugenio Semino.
“El otorgamiento de la doble pensión de privilegio a la actual Vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner es una de las más flagrantes manifestaciones de la desigualdad ante la ley en nuestro país”, aseguró.
En este sentido, Semino recordó que la Anses es “el mismo organismo que tarda años en resolver el otorgamiento de jubilaciones mínimas, que desarrolla todas las artimañas de la burocracia para evitar pagos a los ciudadanos de a pie, acaba de otorgarle a la Vicepresidenta el derecho de percibir dos jubilaciones de privilegio juntas, una que le corresponde por haber sido Presidenta y la otra por ser la viuda del Presidente Néstor Kirchner. Se calcula que en total suman unos $2,8 millones por mes, más un retroactivo que puede superar los $120 millones”.
Para el Defensor de la Tercera Edad, el hecho no merece análisis complejos y que se da en medio de una profunda crisis económica “cuando una jubilación mínima es tres veces menor que la canasta básica de un jubilado. Cuando una persona discapacitada que percibe una pensión no contributiva, equivalente al 80% de una jubilación mínima, tiene que renunciar a la misma para poder empezar a tramitar una jubilación, porque se considera que ambos haberes son incompatibles”, describió.
Asimismo, reflexionó que “la clase gobernante duplica sus privilegios y se separa aún más del resto de la sociedad a la que dice representar. Quienes deberían estar buscando la manera de sacar adelante al país se dedican a acumular beneficios con una avidez y una soberbia imposibles de disimular”.
Para concluir, Semino entiende que las dos jubilaciones de privilegio de Cristina Kirchner es una lógica de funcionamiento. “Los privilegios del poder aumentan en la misma medida que aumenta la miseria que los rodea. Cuantos más ricos se vuelven, más pobre se va haciendo el resto de la sociedad”, sentenció.