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El niño tienen dos años y seis meses y su familia está en plena etapa de estudios para llegar a un diagnóstico definitivo. Hasta el momento, según cuenta su mamá Mateo tiene microcefalia y retraso en el neurodesarrollo. La importancia del resultado de otros estudios y la necesaria colaboración de la comunidad para cubrir los altos costos.

Melisa Cañete es mamá de Mateo, un niño de dos años y seis meses. “Los que lo conocen saben que el aun no habla, no saluda, no «imita» y no hace muchas cosas que con su edad ya debería hacerlas” relató.

“Mateo concurre dos veces por semana a sesiones de estimulación temprana y a la neuróloga. Esta semana comenzó el jardín para socializar con más niños de su edad” agregó.

A la vez, Melisa cuenta también que por el retraso en el lenguaje consultaron con una neuróloga y de allí hasta ahora lo que saben es que su hijo tiene microcefalia y retraso en el neurodesarrollo.

“Aún no tiene un diagnóstico definido, para eso hay que hacerle una serie de estudios para llegar a saber si lo que tiene es algún tipo de trastorno del desarrollo como ser TEA (trastorno del espectro autista) o TDAH (trastorno de déficit de atención e hiperactividad)”, resaltó.

“Estos estudios, como las sesiones con la terapeuta y la neuróloga la obra social no nos cubre, por eso este fin de semana estaré vendiendo alfajores para poder solventar los costos médicos; si bien trabajo en un call center no es suficiente para afrontar los aranceles de los estudios, entre ellos un análisis genético que actualmente rondaría los 150.000$”, detalló Melisa.

Para hacer pedidos pueden comunicarse al 362 438-2672

A la vez, para quienes quieran colaborar desde cualquier lugar del país  el CBU es 0000003100022926822104 o el alias:  melisa.antonela.mp

Cualquier ayuda por más mínima que fuera, va a servir muchísimo para esta familia que quiere conseguir un diagnóstico del pequeño mediante los estudios médicos pendientes.

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