
Se trata de la yaguareté que era intensamente buscada desde hace varios días en la zona del Impenetrable. El Instituto de Derecho Animal del Colegio de Abogados de Resistencia señalaron que la gravedad del hecho demuestra la necesidad urgente de fortalecer los mecanismos de prevención, vigilancia y control.
Acaí, una hembra de yaguareté liberada el pasado 5 de octubre en el Parque Nacional El Impenetrable, sin embargo, el collar de monitoreo fue hallado en el río Bermejo y se investiga un posible ataque de cazadores furtivos.
El animal formaba parte del programa de reintroducción del yaguareté, una especie en peligro crítico de extinción y declarada Monumento Natural Nacional, lo que le otorga la máxima protección legal. Su caza está penada con multas elevadas y prisión.
Ante este hecho desde el Instituto de Derecho Animal emitieron un comunicado en el cual expresaron “su más firme y categórico repudio ante el hecho recientemente conocido que terminó con la presunta muerte de la yaguareté Acaí, ejemplar protegido, monitoreado y perteneciente a un programa científico de conservación”.
Además, manifestaron que “el presunto hecho ocurrido constituye un atentado directo contra la fauna silvestre y contra una especie declarada Monumento Natural, cuya preservación reviste un interés jurídico y ambiental prioritario. La gravedad del hecho demuestra la necesidad urgente de fortalecer los mecanismos de prevención, vigilancia y control, especialmente en aquellos territorios donde se desarrollan proyectos de reintroducción y seguimiento de especies vulnerables”.
Desde este Instituto subrayaron “que la conservación de la fauna no puede depender únicamente de respuestas reactivas: requiere políticas preventivas sostenidas, un monitoreo eficaz y continuo, y actuaciones coordinadas entre organismos provinciales, fuerzas de seguridad, entidades científicas y la comunidad”.
Por ello, instan a las autoridades competentes a:
1. Reforzar los sistemas de monitoreo y fiscalización ambiental, garantizando herramientas tecnológicas adecuadas, equipos operativos suficientes y presencia activa en zonas críticas.
2. Asegurar controles efectivos y permanentes que permitan detectar conductas ilícitas en tiempo oportuno y evitar daños irreparables.
3. Fortalecer las políticas de prevención, incorporando estrategias integrales que reduzcan riesgos para las especies protegidas.
4. Avanzar con celeridad en la investigación, identificando a los responsables y aplicando las sanciones previstas por la legislación vigente.
“El respeto y la defensa de la vida de los animales es un compromiso jurídico, ambiental y ético. La muerte de Acaí pone en evidencia que aún queda mucho por hacer y que resulta indispensable consolidar políticas públicas sólidas que garanticen la protección real y efectiva de nuestra fauna. Garantizando el cumplimiento efectivo de las normativas vigentes”, finalizaron.
