Compartir

Por Marcelo González – Pte de Fundación DESOCHA

EL IPRODICH con su nueva conducción/gestión se encuentran con un panorama muy complicado en su tarea en pos del mejoramiento de la calidad de vida de las personas con discapacidad. A las necesidades estructurales heredadas, se le suma un actual panorama económico desalentador, provocando aún más el grado de vulnerabilidad social de este sector.

Según los datos de la Organización Mundial de la Salud, el 80% de las personas con discapacidad vive en un entorno de pobreza o de bajos ingresos.

Pero, aun así, será una oportunidad para sumar y comenzar una etapa de gestión territorial eficiente, buscando mejorar los índices de inclusión e integración.

Primeramente, el IPRODICH debe convertirse en el eje central y sobre él pivotear todas las políticas de inclusión, integración y generación de oportunidades para no ser un convidado en las acciones y presupuesto de otras aéreas. Si bien es fundamental el trabajo transversal, se le debe dar el lugar como ente creado para este rol. Las instituciones de gestión pública como son las escuelas especiales, centros de estimulación temprana, rehabilitación, formación laboral, etc. deberían también tener un crecimiento similar a los mismos establecimientos que funcionan en el ámbito de gestión privada.

Los que nos encontramos involucrados en el ámbito de la discapacidad ya sea por tener algún tipo de discapacidad, alguien de la familia que sea una persona con discapacidad, por ejercer una profesión o por empatía celebramos esperanzados que, con el ordenamiento de prioridades, la redistribución justa y necesaria hacia los que más necesitan de los recursos disponibles tengamos un futuro mejor.

No podemos desentendernos que es nuestra responsabilidad social generar recursos para que existan más oportunidades en los ámbitos desfavorables y así lograr una sociedad más tolerante, empática y equitativa. Sumar, siempre está bien.

Comentar con Facebook