En el primer trimestre, sumó 21,7%; los alimentos subieron un 9,3% en todo el país y casi 10% en el GBA; en el Gobierno culparon a los efectos de la sequía y la gripe aviar
El índice de inflación que calcula el Indec acumuló 21,7% en el primer trimestre del año y sumó 104,3% en doce meses. Se trata del peor número interanual desde septiembre de 1991. Esa medida prácticamente se duplicó frente al año pasado, cuando era 58%. En febrero, el IPC había sido de 6,6%, mientras que en enero había registrado un 6%. En marzo del año pasado, por la guerra en Europa del Este -desatada en febrero-, la suba de precios había sido de 6,7%.
La inflación núcleo –que no contempla subas de regulados ni estacionales– fue de 7,2%, por lo que mostró una desaceleración de cinco décimas en un mes. No obstante, sigue a un ritmo de 130% anualizado. El capítulo de alimentos y bebidas mostró un fuerte alza de 9,3%, mayor al esperado por los analistas. En el GBA, la región con mayor cantidad de pobres, el aumento fue de 9,7%. Los rubros que más se incrementaron en el mes fueron Educación (29,1%), Prendas de vestir y calzado (9,4%) y los alimentos.
El secretario de Programación Económica, Gabriel Rubinstein afirmó que “marzo presentó un dato de inflación sumamente elevado”. Mencionó luego el impacto de los precios estacionales y regulados, y culpó a la sequía y la gripe aviar. “Sumaron 2,1 puntos a la inflación de marzo”. Puso el foco en los precios de las frutas, verduras, la carne vacuna, el pollo y los huevos, que tuvieron con fuertes alzas. “Si consideramos la inflación núcleo y le restáramos la carne, la suba habría sido de 6,5%”, estimó Rubisntein, que pronosticó un “descenso de de cierta magnitud” este mes.
El Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) que elabora el Banco Central (BCRA), conocido en el último Viernes Santo, estimaba un 7% para el mes pasado. Se quedó muy corto. Pronosticó una inflación de 110% a fin de este año.
La interanual es ya una proyección que prácticamente duplica además a la inflación estimada en el presupuesto elaborado por el equipo técnico del ministro de Economía, Sergio Massa, que llegaba a 60%, una meta ya imposible de cumplir. Esta semana, el Fondo Monetario Internacional (FMI) empeoró sus perspectivas para la Argentina en 2023 y estimó un alza de 88%. Delante de la Argentina sólo aparecen, según el ránking elaborado por el Fondo, Venezuela y Zimbabwe.
La primera semana de abril no fue como un período fácil para que la inercia inflacionaria muestre un freno significativo. Sin embargo, por cuestiones estacionales, es probable que el IPC de ese mes sea menor al de marzo. No obstante, los datos que comenzaron a publicar las consultoras privadas son preocupantes. Durante la primera semana, de este mes, según FIEL, los precios subieron 3,1% (los alimentos, un 3,9%). EcoGo registró un alza en ese mismo período de 2% frente a la última semana de marzo. En la primera semana de abril, en el cálculo de C&T, los alimentos y bebidas subieron 4,4%, con fuerte aumento de verduras, pero también carnes y panificados.
La mirada del Gobierno
Los focos sobre cómo enfrentar a la inflación en el Frente de Todos difieren. Massa se encuentra estos días en Washington buscando sumar dólares de organismos internacionales a las escuálidas reservas del BCRA con el fin de estabilizar la brecha cambiaria y mantener el barco a flote, por lo menos hasta las elecciones. Esta semana, además, comenzó a funcionar el dólar agro, que ya suma liquidaciones y engrosará la floja recaudación tributaria, pero que, a la vez, seguirá debilitando el patrimonio de la entidad que dirige Miguel Pesce e impulsará la emisión monetaria (un motor de la suba de precios) de manera más amplia –creen los economistas–, ya que incluye una importante variedad de productos “regionales” que ahora tendrán un dólar a $300.
Luego de conocido el dato se espera además que el BCRA defina si es necesario o no una nueva suba de tasas para mantenerlas en terreno positivo, uno de los compromisos asumidos por la entidad en el acuerdo con el Fondo.
El presidente Alberto Fernández, en cambio, participó de una cumbre antiinflación días atrás con los presidentes de México, Brasil, Chile, Cuba, Bolivia, Colombia, Honduras, San Vicente y las Granadinas, y Belice. Allí expresó la disposición de la Argentina como proveedor “confiable” de alimentos. Difícil que algunos acepten la ayuda propuesta. El Banco Mundial estimó en los últimos días que el país es el que muestra mayor inflación en alimentos (103%) detrás de El Líbano (261%) y Zimbabwe (137%).
La última vez que Cristina Kirchner habló sobre inflación fue hace un mes, en Río Negro. Entonces, el avance interanual apenas superaba los tres dígitos. Mencionó la cifra para criticar a Alberto Fernández y señalar que en sus gobiernos previos –es la actual vice y quien eligió al Presidente– eso no ocurría.
La mirada de los expertos
“Es el tercer mes al hilo en aceleración, y alcanza el registro más alto desde abril de 2002, superando incluso la suba de 7,4% en la gestión de Martín Guzmán”, afirmó la economista de LCG Melisa Sala. “Este suele ser un mes en el que la estacionalidad juega en contra, por la incidencia, por ejemplo, del inicio escolar. En efecto, los valores estacionales fueron los que más subieron (+9,3%), seguidos por regulados (+8,3%). La inflación núcleo se sostuvo en 7,2% mensual que equivale a una suba anualizada del 130%”, completó.
“El dato de inflación de marzo preocupa por lo elevado, pero aún más preocupa la tendencia para abril. La aceleración de la tasa de inflación muestra que el fenómeno inflacionario ya tiene una dinámica propia que es difícil de revertir”, dijo y cerró: “No parece haber un factor puntual que esté empujando la inflación; las tarifas y el tipo de cambio corren por detrás de los precios, la actividad no tiene un dinamismo para impulsarlos al alza, los salarios lejos están de ganar la carrera y los factores de oferta a nivel internacional están cediendo”.
“El dato de inflación de marzo es una noticia terriblemente negativa”, afirmó la economista de Abeceb, Soledad Pérez Duhalde, que dijo que, pese al fuerte impacto de regulados y estacionales, los precios en general “siguen volando y lanzados”.
Luego agregó: “La inflación está lanzada en la Argentina, y sin programa y sin anclas va a ser muy difícil quebrar esta tendencia. Va a bajar un poco en los próximos meses por un menor impacto de la carne, pero pone al Gobierno en una situación complicada. Va a ser muy difícil que los salarios le ganen a la inflación en un año que va a ser muy recesivo y con crecientes expectativas de devaluación”.
La economista de EcoGo Rocío Bisang también mencionó el alza de los regulados y el “brutal” aumento de los precios regulados. “La suba en alimentos apenas mostró una desaceleración de 0,4 puntos respecto al mes pasado”, dijo. “Si bien las subas fueron generalizadas, los productos frescos se destacaron. Las carnes en GBA marcaron un aumento del 11,1%. El pollo subió cerca de 30%, producto de la ola de calor y la mayor demanda [que también impacto en el precio de los huevos] como sustituto luego de la suba del precio de la carne vacuna. Esta última continuó al alza. Esa suba se suma a las que ya había experimentado en febrero y confirma que la tendencia de aumentos por debajo de la inflación de 2022 llegó a su fin. El pescado mostró un avance relevante en línea con lo esperable por las Pascuas. Entre las frutas y verduras se destacaron productos como la naranja, el tomate y la lechuga, impactadas en su mayoría por las condiciones climáticas y el aumento en los fletes”.
“Sin un plan que permita reorientar el rumbo de la economía, la inflación no tiene chances de bajar y entre más se dilate, más explosivo se vuelve el panorama en términos de precios”, criticó Bisang.
“Alimentos da 28% desde diciembre, cuando, con suerte, los salarios darán 20%”, dijo Nuria Susmel de FIEL. “El del IPC, es el registro más alto en 20 años. No hay plan serio para controlar esto”, cuestionó. Y concluyó: “Solo con la primera semana de abril y suponiendo que los precios en las próximas semanas sean cero, ya estás en más de 5%”.
Fuente: La Nación