Con este proyecto de Ley, la diputada Andrea Charole, busca establecer para las escuelas públicas de Nivel Secundario de toda la provincia la obligación de incorporar a su currícula escolar la enseñanza de carpintería, albañilería, electricidad, plomería, huerta y cultivo de la tierra y corte y confección de indumentaria.
La propuesta tiene como objetivo “promover, desde temprana edad, el desarrollo y perfeccionamiento de habilidades; la puesta en valor de los oficios como herramientas útiles, prácticas y necesarias; robustecer la formación de los educandos según su natural inclinación vocacional y ampliar las opciones de salida laboral futura”.
Dicho proyecto apunta a la designación de un organismo técnico específico que trabaje desarrollando los objetivos básicos para cada curso, incorporando en forma sistemática, gradual y coordenada, los conocimientos elementales sobre dichas temáticas.
Según la diputada provincial del interbloque CER “basta con leer las estadísticas para saber que la Argentina es uno de los países de la región con más baja tasa de graduación en el secundario” y que “el principal problema de los jóvenes es su pertenencia a un grupo poblacional, particularmente vulnerable a la problemática del desempleo”.
“En la actualidad la posibilidad de que un joven consiga trabajo es tres veces menor a la de un adulto”, remarca y agrega que “esta proporción aumenta si el joven es de una condición económica baja, esta situación se proyecta también en su futuro, ya que alimenta un círculo vicioso de reproducción intergeneracional de la pobreza”.
Para Charole “el propósito fundamental de la Escuela Secundaria debe estar referido a su rol orientador”. En este sentido, entiende que “cada joven adquiera las herramientas para construir su proyecto de vida. Es esa misión la que debe definir las decisiones curriculares. Es esa línea de pensamiento y ese cometido los que justifican la necesidad de que el alumno tenga un currículo diverso e inclusivo”.