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En plena ruta 11, rumbo a Santa Fé en la mañana del martes, una pareja asistió con un chaleco reflectivo a un ciclista que viajaba sin ningún elemento que pudiera visibilizarlo ante tan espesa niebla. “Esos chalecos solemos darles a los motociclistas con los que nos encontramos en las rutas circulando sin nada visible o sin luces”, señalaron.

“Un chaleco por la vida”, así tituló Karina Winckler su publicación en redes sociales. Fiel a su estilo de compartir las experiencias y fomentar la concienciación sobre seguridad vial, la referente en el Chaco de la Red Nacional de Familiares de Víctimas de Tránsito contó la vivencia en el marco de un viaje junto a su esposo, rumbo a la fiscalía de Vera, en la provincia de Santa Fé.

“La niebla en la ruta era tan intensa por tramos que no se veía a más de 500 metros”, indicó.

Durante el viaje el matrimonio debió sortear no solo la reducida visibilidad por la presencia de niebla, sino también un vehículo que al no contar con luces reglamentarias se movilizaba con balizas.

Hasta que en un tramo, como casi de la nada, visualizaron a un hombre que circulaba en bicicleta, “subía y bajaba a la banquina, porque había tramos que, por el estado de estas, no podía circular por allí”, resaltó Karina Winckler.

Ante esa situación, explica que con Alejandro, hace mucho tiempo, tienen la costumbre de llevar chalecos reflectivos en el auto. “No son de la más alta calidad, pero «zafan».

“Esos chalecos solemos darles a los motociclistas con los que nos encontramos en las rutas circulando sin nada visible o sin luces. En algunas oportunidades damos a quienes tienen algún desperfecto con su vehículo, que se detienen a la vera de la ruta y no tienen nada para que se los vea”, agregó.

Con la particular forma de describir un suceso, así continuó Winckler su relato:

“Ayer, escoltamos de alguna manera a este ciclista porque lo vimos tremendamente vulnerable en esa RN 11 que no perdona, y, en una acción que para nosotros es natural, cuando pudimos detenernos en un lugar seguro, Alejandro bajó del auto, le hizo seña de que pare y le dio un chaleco: «tomá chamigo, ponete esto porque no se te ve nada, viejo»- le dijo- y lo ayudó a ponérselo. El hombre, una vez que ya tenía el chaleco puesto le dijo: «pero vos me viste, gracias, gracias», le dio un abrazo y siguió.

Y así continuó un poco más cómo se dio ese diálogo con su compañero de vida y las experiencias en los viajes realizados.

Finalmente, la promotora de la seguridad vial remarcó “es urgente e importante que comencemos a vernos en el tránsito, de todas las maneras posibles, porque somos vidas circulando: vidas amadas, vidas que aman, vidas que esperan llegar, vidas que son esperadas”.

“Este hombre iba a ver si hacía «una changuita» a kilómetros de su casa. Quizás, como muchos, él priorizó su necesidad por ante su seguridad, pero era importante su seguridad…por lo menos así lo entendemos nosotros. Ese chaleco que debiera ser parte de la movilidad de todos, a veces no se lo tiene en cuenta y se minimiza su importancia”, esbozó.

Las imágenes no son para mostrar lo que hicimos, son para que ayuden a representarnos el riesgo al que nos exponemos y exponemos a otros si no nos hacemos ver en el tránsito. Ese chaleco fue para ese hombre, pero fue por él y por todos los que estábamos circulando por esa RN 11, incluso por aquellos que nos esperaban de regreso.

En el tránsito, en un segundo puede cambiar todo y a veces de manera irreparable.

Si podés, llévate un chaleco reflectivo como parte de tu kit de seguridad. Si podés llevar de más, hacelo, para dárselo a quienes lo necesiten. Es una forma de contribuir a un tránsito seguro, sugirió Winckler.

Alejandro es de llevar botellas con agua, ropa y alimentos no perecederos en el auto, porque su andar rutero de siempre, lo encontró muchas veces asistiendo a familias enteras que suelen tener percances en el camino y él siempre se detiene, porque también ha recibido ayuda cuando la necesitó, y cuando comenzó a sumar chalecos, yo sumé mi aporte para tener más. A veces esos 15 o 20 mensuales no alcanzan a cubrir el mes, pero no bajamos los brazos.

«Chalecos por la vida», los llama él, porque es algo más que te cuida la vida, dice…y es así.

Hagámonos visibles en el tránsito…Miremos en el tránsito.

PH: Karina Winckler

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